El concepto de VALOR

Espejitos por oro

El concepto de “valor” es algo que confunde a algunas personas. La mayoría de nosotros podemos discernir rápidamente entre valor y precio, la confusión aparece cuando tratamos de definir qué es valor y como añadirlo a nuestros productos, servicios y marcas. Lo explicaré en pocas líneas.

¿Cuántos de nosotros queremos vivir en una casa donde no hay espejos? creo poder adivinar que ninguno. El espejo es uno de esos objetos que no notamos hasta que nos falta. ¿Es posible salir de casa para trabajar o ir a una reunión social sin mirarse en un espejo? me parece que no. El ser humano es un animal que se guía (primordialmente) por su percepción visual, la imagen que proyectamos es importante para relacionarnos con nuestros pares. Saber y entender como nos vemos es esencial en nuestros procesos de socialización.

Ahora, imagine que usted es un adulto que jamás ha visto su reflejo en un espejo y que ni siquiera sabe qué es un espejo. Imagine la emoción de verse por primera vez reflejado con nitidez, apreciar el color de sus ojos, el color de su cabello, la forma de su nariz, imagine el miedo de no entender que sucede, imagine la curiosidad, las risas, las dudas. Imagine la emoción del descubrimiento y la alegría de verse a si mismo por primera vez, verse como los demás lo ven y no depender del juicio de otra persona para formarse una imagen sólida y coherente de usted mismo.

Después de todo esto, imagine que este nuevo artefacto que acaba de conocer y que todo el mundo quiere, es escaso.

Ahora quiero preguntarle, ¿Qué valor tendría para usted la posibilidad de verse por primera vez?

Esta fue la situación en la que se encontraron los primeros europeos que llegaron a nuestras costas a finales del siglo XV. Nuestros pueblos originarios percibieron tanto valor los espejos europeos que estuvieron a dispuestos a intercambiarlos por sus joyas y ornamentos. Lo que debemos comprender es que el verdadero valor no se encontraba en el objeto físico llamado espejo, sino es las emociones y sentimientos, individuales y colectivos, que se desprendieron de capacidad de ver su nítido reflejo por primera vez.

Y es que, el concepto de valor, siempre debe ser definido desde la perspectiva del cliente, no desde la perspectiva de la marca. Es el cliente, comprador o consumidor quien define si su oferta tiene un valor que supera al precio. La recomendación que siempre le hago a todos mis amigos es ¡hable con su cliente!, entienda a su grupo objetivo, ellos le dirán cuáles son sus dudas, preocupaciones y anhelos, y así, usted podrá definir la forma de agregar valor a la vida de estas personas. Luego, haga pruebas de mercado para saber que puede corregir o mejorar.   

En redes sociales veo constantemente a gente intentando intercambiar espejitos por oro. Opiniones personales al margen, siempre trato de recordar que existen personas que pueden encontrar mucho valor en esos espejitos.

Quiero terminar estas breves líneas con una reflexión:

Aunque vendas espejitos, si encuentras al grupo objetivo correcto, ellos estarán dispuestos a darte su oro.

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